Yo observé a Eva con mucho sufrimiento. Yo esperé hasta el último momento para que ella pudiera tener la fuerza para resistir esta fuerte atracción de amor. Su dar y recibir con Lúcifer llego a ser tan fuerte que llegó a ser imposible para ella detener el proceso de la caída.
Solamente los padres, quienes ven a sus hijos morir poco a poco, pueden entender el dolor de Mi Corazón.
Viendo a Eva, agonizar espiritualmente y morir, no había posibilidad para Mí intervenir.
Para Mí ésta fue la tragedia de un padre.
Entonces mi esperanza descansaba en Adán. El aún era puro. El sabía el mandamiento de no comer del fruto, aún a pesar de que ellos no entendían la real situación ni las consecuencias. El sólo tenía que creer en Mí, confiar en Mí como su padre. El podría llegar a ser el primer mesías para Eva. Cuando Eva le ofreció a él el prematuro amor con su cuerpo, él también murió junto con ella.
La serpiente ganó, pero había aún un pequeño fulgor de esperanza en Mi Corazón. Que sucedería si ellos se dieran cuenta del error que cometieron y pidieran perdón? Mi amor es incondicional. Yo puedo perdonarlos a ellos y comenzar nuevamente. Esperé ansiosamente para que ellos vinieran, pero nada pasó. Entonces Pensé en ayudarles a ellos a que reconocieran su error. Fuí, llorando, en búsqueda de ellos. Dónde están? Por favor regresen. Puedo perdonarlos a ustedes si ustedes solamente pueden darse cuenta de su error y pedir perdón.
Les Pregunte’.
"Adán, por qué comiste este veneno? Ella me lo dió a mí."
"Y tú, Eva,?" "La serpiente me tentó y comí."
No pudieron reconocer su pecado.
Entonces, Me Dí cuenta que sus corazones estaban separados de Mí corazón. Sus vínculos con Satán estaban ya muy fuertes, que ya no había lugar para el regreso de ninguna manera. Mis amados hijos llegaron a ser esclavos de Satán y fueron forzados a aceptarlo a él como el padre de ellos.